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miércoles, 11 de mayo de 2011

Cáncer 4: No existen las coincidencias… pero de que las hay, las hay.

Recuerdo las primeras veces en que me empezaron a atraer los hombres. Al principio me parecía algo natural, luego me hicieron saber que lo “normal” eran las relaciones heterosexuales. Esa gran contradicción entre lo que sentía y lo que debía sentir me tuvo siempre inadaptado con mi entorno. Varios años contuve lo que era o lo que quería hacer, hasta el gran destape en Buenos Aires y mucho tuvo que ver Florencia en esto, la gran amiga con la que duermo todas las noches en la misma cama. Flor me llevó a mi primer boliche gay, me ha presentado chicos y hasta aparece en las circunstancias más propicias. Es el comodín que todo Gay debería tener.

Ahora vivo con Flor y toda salida con ella se potencia en locuras. Me sorprendió mucho a que punto llega su intuición cuando ella estaba en mi computadora y me pregunta de dónde conocía a Nicolito. Empezaron a chatear como amigos de toda la vida, yo desorientado jamás me imaginé que era el mismo Nicolás del que ella tanto me había hablado hace tiempo atrás.

Hola! Definitivamente esta ciudad es la capital nacional de los putos. Nicolitop por el otro lado estaba tan sorprendido como yo, le pidió a Flor que le haga la pata conmigo y que “no cuente de su pasado”. La opinión de Flor cerró todas mis ideas dispersas a cerca de este canceriano, confirmándome todas mis hipótesis.


Era martes y como nuestra rutina lo indicaba Kika era el lugar elegido para la noche. Esta vez Flor no me acompañaba, pero si el escorpiano que conocí el sábado anterior en Ámbar, era su cumpleaños y yo era el invitado de honor entre sus amigos. Qué puedo decir… no me gusta estar solo. Recuerdo como Nicolitop me preguntaba si había estado con alguien esa noche (con algo de celos encubiertos).

Se ofendió cuando supo que el martes a la noche salí y no le avise o invité. Me está preocupando un poco su enamoramiento drástico. Había llegado ese día de Uruguay y ya quería verme.


Pactamos el encuentro para el miércoles, lo esperé en casa a la tardecita y fue aún mejor de lo que pensaba. Tenía una gran sonrisa que acompañaba excelentemente al personaje, era mucho más gracioso en persona. No se complicó en nada este primer encuentro.

Naturalmente como iba todo tan fluido y me miraba con una sonrisa pícara, me hubiera acercado para darle un beso. Pero existía un pequeño detalle. Él llegó a casa con su amiga, obstaculizando un poco el acercamiento íntimo que merecían nuestras miradas. No me molestó mucho, era entendible ir acompañado con otra persona a la casa de un extraño… a pesar de que el extraño viva con Florencia, una conocida de hace mucho.

Su amiga era tan hermosa y simpática como superficial, el dicho Dime con quién andas y te diré quién eres quedó descartado esta vez. A pesar que los dos tenían dieciocho años Nicolitop se mostraba mucho más maduro, inteligente y directo en su hablar. Nunca me gustó la idea de que sea menor que yo, pero no parecía para nada un adolescente superficial. Algo caprichoso y egoísta quizás, pero mayor al fin.

Hubo chistes, anécdotas y hasta peleítas. Me llamó la atención la cara que puso cuando bajé a abrirles… pensé que me comía a besos.


Me sigue interesando este canceriano, pero me interesa eso que no puedo llegar a ver. Siento todo lo que me dice desde otro lado. Tengo ganas de pelarlo y que muestre todo lo que encierra. Nicolitop es un perfecto ejemplo para la gente que dice que el signo no necesariamente encierra la personalidad de uno. Él tiene los grandes rasgos de cariño, sociabilidad, alegría, celos, posesión, etc que caracterizan a cáncer, pero los dirige de otra forma: El cariño sólo es para la gente que le resulta interesante, la alegría y sociabilidad la emplea en los momentos que le parecen adecuados, los celos y la idea de posesión…. Eso nunca cambia gente! Una vez que cáncer te agarra con sus pinzas no va a querer soltarte ni que nadie más te agarre. Cuidado!

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