intro

martes, 26 de octubre de 2010

Aries 8: Yerba sobre el suelo

Los días pasaban como granos que caen en un reloj de arena y yo cada vez más enterrado. Seguía evitando al pendex… o más bien evitando nuestra situación pero ya era inexcusable no vernos.

Cuando bajaba a abrirle se me vino a la mente la primera vez que nos conocimos. Todas esas sensaciones, los nervios, sus miradas... pero cuando lo vi detrás de la puerta se me borró instantáneamente esos pensamientos y sentí como intentaba poner una máscara sobre su angustiante rostro.
Intercambiamos dos o tres preguntas cotidianas mientras subíamos y ponía a calentar el agua. La facultad, su familia y mi viaje desviaron, por un momento, la conversación latente que se evidenciaba a través de nuestras expresiones.
Enfoqué toda mi fuerza de voluntad en no darle ni un beso. Sabía que si lo hacía quedaría anestesiado y no podría proponer darnos un tiempo o cortar (si eso era lo que tenía en mente en aquel momento).
Me decía a mí mismo mentalmente “quedate quieto, quedate quieto. No se puede”. Hasta que pasé detrás de él para apoyar la pava y mi mirada quedó incrustada en ese redondo, musculoso y parado culo. Ahora sólo pensaba “besalo, besalo. Agarrale el culo”. Estiró su brazo para darme el mate, yo lo tomé y nos quedamos diez segundos así….tomados de la mano con el mate de por medio. Lo miré directo a los ojos y fue como si todo el alrededor se detuviera, no había sonido alguno en ese momento. Hasta que esa atmósfera rara se quebró con una lágrima que cayó de entre sus pestañas. El mate retumbó contra el piso cuando lo abracé… nos abrazamos muy fuerte… nos besamos. Lo levanté para recostarnos en el sillón y ahí se me fue toda idea vaga de cortar o dejar de verlo.

Fue uno de los pocos encuentros en el que es sexo no estuvo presente. Pero no fue necesario, ahí me di cuenta de que no hay pija (ni siquiera una 22x6) que compita con los besos del pendex. Nuestra charla se minimizó a que yo estaba muy preocupado y desorientado con mi carrera y mi vida. Que mi mente estaba en otro lugar y no tenía mucho espacio para pensar en nosotros. Propusimos ir lento y no presionarnos en vernos o comunicarnos. No le mentí…pero oculté lo de Piscis.
Ahora estoy saliendo con la cabra y el pez a la vez. Creo que en este reino animal no hay compatibilidad entre especies y si no decido quien permanece en el zoológico de mi vida, me voy a quedar sin ningún animal.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Aries 7: Saber que no hacer

Hace un par de semanas que no sé nada del pendex, y mucho tiempo pasó desde la última vez que lo vi. Varios signos pasaron por mi cama y otros tantos sólo por mi boca. Entre sus tantas entregas para la facultad y mis noches a puro Ámbar nos alejamos bastante este tiempo. Supongo que el verdadero motivo es por el pisciano que conocí el día en que se firmó la ley de matrimonio igualitario… estuve hasta las cuatro de la mañana cagándome de frio en el Congreso. Trece horas parado, lo mínimo que podía conseguir era una nueva pija…. Y que pija! Una innecesaria 22x6 (y yo pensaba que la mía era grande). En fin, últimamente me estoy viendo mucho con este pisciano y casi nada con mi pendejo.
Un par de discusiones por chat y mi retirada por unos días a mi natal ciudad, prácticamente me obligaron a pensar en la situación. Este puto del interior no tiene idea de lo que quiere, pero si lo que no quiere y una de esas cosas es no boludear al pendex, es tan frágil y honesto que no quiero mentirle… no sé qué carajo voy a hacer pero así no da para seguir. Como siempre digo: dejar pasar el tiempo es una amortiguadora ayuda.
Quiero cortar… o cómo sea, pero no sé de qué manera. Ya estoy sintiendo la culpa y esas gotas gordas cayendo de sus ojos. Él quiere que nos veamos lo antes posible y yo lo desadmití del msn, para tener algo de tiempo, pero no da para estirarlo más.
No quiero hacerlo llorar, ni que me odie… aunque supongo que es tarde para eso.

sábado, 9 de octubre de 2010

Aries 6: Él se está iniciando, yo acabando

Hace mucho tiempo que no escribo, no sé si porque no tengo ganas o no hay otra cosa más que contar. El pendex sigue viniendo a casa siempre que tiene tiempo, tomamos unos mates, me da unos ricos besos y le saco la ropa para una buena eyaculación. Muy rutinario se volvió lo que sea que tengamos, no pasa otra cosa más que esto, excepto por una tarde de sol que fuimos a caminar por Corrientes y yo lo desafiaba a que me dé un beso en medio de 9 de Julio. Él se está iniciando y todas esas cosas lo mortifican, yo sólo lo hago para que se libere y sea un puto orgulloso.
No sé si me cansa o me aburre lo que tenemos, a veces ni contesto sus mensajes. Siempre está preocupado o pidiéndome perdón por lo que no puede hacer o por no ser “lo que yo espero”…es tan idealista, rígido y dogmático. Pero se castiga a sí mismo (eso es lo peor de todo) y de vez en cuando moja mi cachete con sus lágrimas cuando lo abrazo fuerte. De todas maneras me dan ganas de pegarle para que se relaje un poco y no sea tan perseguido ni depresivo!
En fin…más allá de todo esto el pendex me encanta y me re calienta. Tengo una erección con solo darle un beso en el cachete, nunca me había pasado con alguien. Con el abrazo que le doy en el ascensor mientras subimos a mí dpto ya estoy al palo. Ese culo de manzanita que tiene: duro y paradito, que lo acompaña con esas gambas de rugbier. Besarle el cuello mientras le acaricio su espalda ancha de nadador mmmm. Como me calienta ese pendejo y esos besos dulces, suaves. Es como si conociera cada parte de mi cuerpo, sabe cómo y dónde tocarme mientras me da esos besos perfectos que me hacen adicto y no me permiten sacar la lengua de su boca.
Coger con él me hace sentir como un nene jugando al doctor, dos hombres en bolas tocándose cada parte del cuerpo, descubriéndonos… yo estaré iniciando al pendex, pero él me está haciendo acabar como ninguno.
Debe ser ese nuestro parecido, a ninguno de los dos nos va el sexo express. Sólo estamos con personas que conozcamos, que sintamos algo que nos motive a cogérnosla… bah no es coger, tampoco quiero ser tan cursi de decir “hacer el amor”, pero sería un estilo. Es explorar a alguien, sentirlo más cerca sentirlo dentro. Abrazarlo, besarlo mientras estás a pleno, en pleno acto. Quiero algo así para mí… a alguien así.

viernes, 1 de octubre de 2010

Aries 5: Yo querer a vos


Pasa el tiempo: Mensajes de texto de por medio, charlas virtuales, llamadas de $ 1,20 el minuto. Bienvenidos al siglo XXI gente! Lazos atravez de instrumentos que no sienten, pero nosotros muy convencidos que interactuamos de la misma manera.
No soy aquel quinceañero del interior que entablaba relaciones por chat. Quiero tocar piel, no un teclado, escuchar su voz sin interferencias, ver sus movimientos y expresiones.
En fin, todos estos cachivaches de la informática complicaron la actitud del ariano en mis intenciones con él, una boludez que no tiene sentido especificar… lo importante es que marcó bien sus límites. Recibi un “mejor lo dejamos acá” a causa de un mensaje de texto mal interpretado… o como sea. Cuestión que yo no quería dejarlo ahí, sé que tiene mucho mas para dar. Viendo siempre lo positivo (sus intenciones van demasiado rápidas) y sin otra carta para jugar, lo peor fue dicho: TE QUIERO. Por mensaje de texto! Fue dicho por mi! Gracias Claro me convertiste en un cachivache. Obtuve casi la misma respuesta “yo también te quiero y MUCHO”
Ahora nos queremos….virtualmente. Lo vi menos veces que los dedos de mi mano y nos queremos. No creo haber mentido, si exagerado.
La enseñanza es que Aries siempre es decidido en lo que quiere, pero….virtualmente?