intro

martes, 3 de agosto de 2010

Aries 2: La primera impresión no vale nada

Segundo encuentro! Aclarando previamente que yo no quería nada free (según su opinión) lo encontré mucho mas relajado e interesado en garchar. Me dijo que nunca había estado con un hombre, aunque no le surgieron dudas ni miedo al tirarme la goma. Me parece raro, huelo mentiras…atípico a un ariano.
Pensé que era pan comido, un pendejo que lo podía seducir fácilmente pero cuando se fue su timidez y los nervios se mostró como era: decidido, maduro y bondadoso.
Fue tan confuso, hablaba con él como si estuviera con mi mejor amigo heterosexual y de vez en cuando me daba un beso… muy loco. El sexo: bien gracias, estuvo presente. Ninguno de los dos acabamos.

Aries (1): La primera impresión vale mucho

Arremetedores, sinceros y fieles los arianos son una propuesta interesante para el que busca una relación comprometida.
Mi ariano tiene 19 añitos, estudia arquitectura y es un adolescente decidido en lo que quiere. Nunca estuvo con un hombre, nada más excitante que iniciar a un gay en potencia. Si lo vieras…es muy masculino, demasiado bondadoso y simple. Hace natación (imaginate el cuerpo).
Solamente me costó hablar una vez por chat con él para convencerlo de que nos viéramos. Jugué de local el día del encuentro, en mi casa un par de mates. Usé una musculosa, jeans y mis Converse blancas que nunca me defraudan, muy simple y mostrando piel. La mejor decisión cuando vi que no sacaba la vista de mis brazos. Lo que usés es esencial, la ropa es un reflejo de como sos, tu estado de ánimo y como te sentís en esa situación para la que te vestiste.
Me lo quería comer cuando veía lo nervioso que se sentía. Le temblaban las manos, sonreía tímidamente cuando lo miraba a los ojos y ponía mucha concentración al tomar mis lavados mates.
No pasó mucho tiempo hasta que le comí la boca, sabia que yo tenia que ser el que se mandara. Solo besos y algunos tanteos, nada mas que eso. Yo quería mas, asi que el mensajito de texto “la pase muy bien” o “fue muy lindo conocerte”, “gracias por tus besos”, fue la estrategia usada para incitarlo a un nuevo encuentro y para que sepa que me interesó.